Menu

Grupo de Oración

GRUPO DE ORACIÓN

El Grupo de Oración es un grupo abierto para adultos que se reúne una vez a la semana para adorar al Santísimo, orar y meditar en comunidad.

Las reuniones son los viernes de 21:00 a 22:30 horas en la Iglesia Parroquial.

¿Porqué hay un Grupo de Oración?
Si hay algo que nos caracteriza especialmente a los católicos es precisamente que, además de orar de forma personal e íntima, también oramos juntos, ya sea en comunidad (misa), en familia (bendición de la mesa), en pareja ... pero juntos. El Grupo de Oración nos da la posibilidad de hacerlo una vez a la semana sin más razón que adorar a Cristo juntos.

¿Qué se hace en un Grupo de Oración?
Se adora al Santísimo y se rezan vísperas como oración de la Iglesia. También tenemos alguna meditación, canciones de alabanza y la lectura del Evangelio del domingo. Se trata en definitiva de ser la Iglesia que ora en Griñón reunida junto a su Señor.

¿Qué aporta o para qué sirve un Grupo de Oración?
A cada persona le aporta algo distinto, por lo que os dejamos algunos testimonios de personas que han acudido o acuden de forma habitual a este Grupo en los que explican en primera persona su experiencia:

Testimonio de J.B.:
"Hay dos expresiones dichas por sacerdotes que reflejan bien lo que sucede cuando venimos a estar ante el Señor. La primera dice que somos como un garbanzo en remojo: nos ponemos al calorcito del agua viva y el Señor nos va cociendo en su amor sin que nos demos cuenta. La segunda señala que venimos ante el Señor para ponernos morenos: Él, que es la Luz, nos ilumina con su presencia y nos va transformando. Y esto sucede sin que tengamos que poner todo nuestro empeño, sin que nos esforcemos mucho en la oración ante Él. Sencillamente dejándole hacer. Yo he sido testigo de ello. De cómo en un momento dado ese Dios lejano que vislumbraba se convirtió en Cristo presente ante mis ojos. Allí estaba Él, al que tanto había buscado sin darme cuenta de que lo tenía a mi lado y me esperaba. Ese momento en el que por fin lo ves con los ojos del corazón, tan real, tan presente, es como el dulce dedo de Dios que te toca y luego te dice “¿Lo ves? Aquí estoy” Y todo se hace nuevo. Desde entonces acudo siempre que puedo (siempre se puede) aunque sea a estar un ratito con Él. También Le presento todos mis deseos, mis afanes y mis miserias, y le pido que me haga saber su voluntad. ¡Cuántas veces vamos a pedir consejo y ayuda a amigos, parientes y hasta psicólogos ante situaciones difíciles! Sin embargo nos olvidamos de presentarlas al Señor, allí, donde Él nos aguarda. O si lo hacemos es para decirle: «Señor, quiero esto o aquello», en lugar de preguntarle: «Señor, ¿Qué quieres que haga?» Y el Señor nos habla. Eso sí, en el silencio. Hay que vaciar la mente y el corazón de nuestras pequeñeces y estar dispuestos a escucharle y absorber toda su gracia como una esponja. Y lo que es fundamental: alabarle siempre y darle gracias por todo, por lo bueno y también por lo malo, aunque no lo comprendamos. Porque “todo sucede para bien de los que aman al Señor”. Es sencillamente tener muy presente la inscripción que figura al lado de tantos sagrarios: El Señor está aquí y te espera."

Testimonio de Y.S.
"Comencé a ir al Grupo por pura curiosidad, no tenía muy claro si iba a ser mi sitio, si me encontraría cómoda o me sentiría bien allí y tengo que reconocer que ahora voy siempre que puedo (salvo que no esté en Griñón allí estoy cada viernes).
¿Porqué? Porque noto que mi alma lo pide a gritos, es un rato en el que no se te pide que seas nada …sólo tu, ante el Señor, sin tapujos, sin disimulos ni falsas apariencias; el Señor nos conoce y ante El no hacen falta ninguna de esas cosas. Al ser uno mismo, las puertas del alma se abren, dejan que ese soplo de vida que es Jesús se cuele hasta el último rincón y te recorra de arriba abajo y eso es algo que no se puede explicar: hay que vivirlo, sentirlo, saber que Él está ahí, en ti y contigo … no hay palabras. Tan sólo puedo decir que a mi al menos me transforma, me limpia, me renueva y me ayuda a verme tal y como soy, a pedir al Señor la ayuda que necesito para mejorar, a darle gracias por todo lo bueno que pone a mi alcance (que no es poco, es mucho más de lo que merezco) y a ponerme a su disposición… tantas veces le he preguntado ¿Qué quieres de mi? Aquí estoy … 
A lo largo de la hora y media que estamos ante el Señor hay tiempo para todo, para agradecer, para pedir ayuda, para ofrecer, para rezar, para compartir, para cantar … pero a pesar de que parece mucho rato, y que hacemos muchas cosas, se hace corto… de repente miras el reloj y piensas: “¿ya?, no puede ser” Pero lo es, porque el tiempo siempre se hace corto en buena compañía y estando junto a Nuestro Señor no podemos estar en mejor compañía que esa. Y Él siempre estará ahí esperándonos."

Si necesitas más información sobre este grupo ponte en contacto con la Parroquia y trataremos de resolver cualquier duda.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquier comentario ofensivo o fuera de lugar será eliminado inmediatamente. Este es el blog de una parroquia, por lo tanto pedimos respeto por lo que en él se exprese.